El encarecimiento de la energía
La inflación más alta en tres décadas: así te afecta en salario, ahorro y pensiones
La electricidad y los carburantes provocan que la tasa interanual escale hasta el 5,5%, una cota sin precedentes desde 1992

Los precios registran en octubre la mayor subida desde 1992, un 5,5%. /


Agustí Sala
Agustí SalaRedactor jefe de Economía
Además de El Periódico, trabajé de 1989 a 1990 en La Economía 16, como responsable de Economía en el Diari de Barcelona, de 1989 a 1990; en la sección de Economía de TVE Catalunya de 1987 a 1989, en Antena 3 de Radio, de 1985 a 1987 y en el Diari Menorca, de 1983 a 1985 y Radio 80-Menorca. Además la licenciatura en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona (1992-1986), tengo un posgrado en dirección general (PDG) 2011-2012y un curso de Márketing Digital y Redes Sociales por la EAE Business School
Como ya ocurrió el mes pasado, el precio de la electricidad ha disparado la inflación en octubre. Los precios continuaron su escalada este mes, impulsados por el encarecimiento de la electricidad y los carburantes, hasta llegar a una tasa interanual del 5,5% con respecto al mismo mes de 2020. Se trata de un repunte un punto y medio superior al de septiembre (4%), que ya significó un alza de grandes proporciones y la tasa más alta desde 1992, hace 29 años.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este jueves el avance del índice de precios de consumo (IPC) de octubre, un dato que de confirmarse el próximo 12 de noviembre consolidaría la aceleración de la inflación en los últimos meses, cada vez más intensa. A pesar de este despegue del nivel general de los precios, tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal de EEUU, donde también se ha disparado la inflación, consdieran que es un fenómeno coyuntural atribuible al aumento de los de la energía y de las materias primas en general.
Detrás de este repunte de la inflación, que experimenta su octavo mes consecutivo de subidas, está el encarecimiento de la electricidad y, en menor medida, de carburantes y lubricantes para vehículos personales, que en octubre del pasado año se abarataron. El índice de precios de consumo (IPC) se disparó en octubre el 2% con respecto a septiembre, según los datos del INE.
El empuje de la energía se está trasladando a la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), que ha aumentado en cuatro décimas hasta el 1,4%, con lo que se sitúa más de cuatro puntos por debajo de la del IPC general. Esta es la diferencia más alta entre ambas tasas desde el comienzo de la serie, en agosto de 1986.
Salarios
Uno de los riesgos de este impulso de la inflación son los efectos denominados de segunda ronda, mediante los que estas subidas los acaban trasladando las empresas a los productos y servicios para evitar perder márgenes. A su vez significa la posibilidad de que se registren presiones para subir los salarios, ya que pierden poder adquisitivo, con lo que se entra en una espiral precios -salarios. La subida media en convenio ronda en la actualidad el 1,4%. Y muchos convenios no prevén la actualización con respecto a la inflación actual.
Ahorro
A su vez, la inflación resta poder de compra al ahorro, en especial el que está en cuentas y depósitos bancarios, con un interés medio del 0,01% en las las que tienen un plazo de hasta un año; del 0,57% entre un año y hasta dos y del 0,20% en los plazos de más de dos años.
Pensiones
Otro de los efectos de la subida del nivel general de precios es su impacto en las pensiones, cuya actualización se ha vuelto a ligar a la evolución del índice de precios de consumo (IPC) medio del año hasta noviembre. Hasta octubre, la inflación media del ejercicio se ha situado en torno al 2,5%. La Seguridad Social debe abonar la diferencia entre el nivel que se marque en noviembre y el 0,9% que subieron las pensiones este 2021. Además, en 2022 las prestaciones deben revalorizarse a partir de este nivel.
La evolución de la inflación subyacente indicaría que el despegue de la energía se estaría trasladando al conjunto de la economía, aunque todavía hay mucha distancia entre la inflación más volátil y la estructural. De ahí que las autoridades monetarias no estén todavía preocupadas o así lo manifiesten públicamente.
La Cambra de Comerç de Barcelona ya advirtió ayer de que la recuperación del nivel de producto interior bruto (PIB) podría retrasarse en Catalunya hasta 2023 en el caso de que la inflación y la falta de suministros se enquisten de manera prolongada.
Uno de los elementos esenciales de la escalada de los precios es la electricidad, con un precio en el mercado mayorista que se ha asentado por encima de los 200 euros el megavatio (MW) hora (MWh), frente a una media alrededor de 60 euros de mayo pasado. Estos incrementos se traspasan a los recibos de unos 11 millones de consumidores con la tarifa regulada (PVPC). El origen de estas alzas es la cotización del gas.
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